Buenos Aires, 22 de septiembre de 2022
Treinta a帽os despu茅s, el kirchnerismo pretende reeditar la decisi贸n que marc贸 la mayor degradaci贸n institucional de la Corte Suprema en toda su historia: la ampliaci贸n del n煤mero de sus integrantes para formar una mayor铆a autom谩tica adicta al gobierno.
Un gobierno que fracasa en todos los planos: no puede bajar la inflaci贸n hoy cercana al 100% anual y del 220 por ciento desde que asumi贸, con niveles r茅cord de pobreza e indigencia, que tuvo cierre r茅cord de aulas, que retrocede en educaci贸n y salud, que incrementa los problemas de inseguridad, que tiene una pol铆tica exterior err谩tica y desconectada de las necesidades sociales y econ贸micas y de nuestros valores democr谩ticos, que ampara dictaduras y autocracias que violan derechos humanos. Este gobierno que acumula retrocesos y fracasos, se preocupa principalmente por la agenda judicial y se encuentra muy enfocado en controlar la justicia.
La lista de iniciativas orientadas a degradar la justicia es interminable: reforma judicial, reforma del Ministerio P煤blico, desbaratamiento del programa de protecci贸n de testigos, Comisi贸n Beraldi, reforma del Consejo de la Magistratura y ahora el absurdo de ampliar la Corte a 25 miembros.
La Corte Suprema se constituy贸 en 1863 y siempre estuvo constituida por cinco integrantes a excepci贸n del per铆odo 1960 a 1966, en la que fue ampliada a siete con el argumento del n煤mero de causas.
Los hechos demostraron que sumar m谩s jueces al tribunal agravaba el tiempo de tramitaci贸n.
Fue un tribunal prestigioso que gener贸 una jurisprudencia respetada y vanguardista.
En la restauraci贸n democr谩tica de 1983, el Presidente Alfons铆n tuvo el cuidado de conformar una integraci贸n plural y con juristas prestigiosos que garantizaron una Corte independiente y respetada.
En 1990, el gobierno del PJ tom贸 el control pol铆tico de la Corte al aprobar la Ley 23.774 que ampli贸 el tribunal a nueve jueces. Sobre la base de una renuncia previa y otra, la del Dr. Bacqu茅 que dimiti贸 en repudio a la decisi贸n, el gobierno design贸 seis nuevos jueces que dieron lugar a una mayor铆a adicta y autom谩tica de 6 sobre 9 que convalidaron todas y cada una de las decisiones del gobierno.
Fue un per铆odo oscuro de la historia de la justicia argentina en democracia. Termin贸 con muchos de esos jueces sometidos a juicio pol铆tico y la vuelta a un tribunal de cinco jueces en 2006 con la aprobaci贸n de la ley 26.183 de autor铆a de la entonces senadora Cristina Fern谩ndez de Kirchner.
Hoy, se pretende algo mucho m谩s descarado al proponer un n煤mero que no tiene precedentes y que solo se explica sobre la base de repartir los cargos entre gobernadores oficialistas como si la Corte fuera un bot铆n de guerra.
Esa argumentaci贸n falazmente federal por parte de un gobierno integrado casi exclusivamente por porte帽os o bonaerenses, pretende enmascarar la verdadera finalidad de la iniciativa que no es otra que convertir a la Corte Suprema en un ap茅ndice del gobierno y garantizar que los funcionarios sometidos a enjuiciamiento por corrupci贸n puedan zafar de rendir cuentas a la justicia y de cumplur las condenas que deber铆an afrontar.
El pueblo argentino no va a tolerar otra Corte de mayor铆a autom谩tica. Si hoy el Senado aprueba este proyecto desastroso, la iniciativa debe correr la misma suerte que todas las otras iniciativas vinculadas a la justicia que promueve este gobierno: deber谩 quedar archivada sin pena ni gloria, o rechazada, en la C谩mara de Diputados. Para que se cumpla la idea b谩sica de la democracia: que todos seamos iguales ante la ley.