Para la Comisión de Energía de la Fundación Alem la inacción del gobierno frente a la crisis energética mundial pone en riesgo el abastecimiento de gas.
El abastecimiento energético del próximo invierno está en riesgo y se requiere, con urgencia, que el Gobierno presente un plan de contingencia frente a la crisis.
La guerra en Europa ha desatado una crisis sin precedentes en la industria energética mundial. Los estados soberanos están tomando decisiones inmediatas para asegurar su abastecimiento energético en el futuro cercano. En nuestro caso sería para el próximo invierno.
El concepto de seguridad energética toma relevancia, en un entorno de incertidumbre y alta volatilidad, donde la oferta de hidrocarburos y en particular de gas natural licuado (GNL) se encuentran comprometidas.
A partir de 2010 nuestro país depende en forma creciente de importaciones de gas, principal fuente de nuestra matriz energética, desde Bolivia y de Gas Natural Licuado (GNL) que llega por barcos a los puertos de Bahía Blanca y Escobar, pero también de derivados de petróleo: gas oil y fuel oil.
En este contexto, Bolivia, nuestro proveedor de gas más barato, ha informado que entregará volúmenes inferiores a los comprometidos. La renegociación de la adenda al contrato que venció en diciembre pasado se encuentra aún inconclusa.
Esta posición de Bolivia es inaceptable para la Argentina en esta coyuntura. Nuestro país debe renegociar en un ambiente cooperativo los términos del contrato. Argentina debe exigir que cumplan las condiciones pautadas y debe asegurarse el mayor suministro posible de gas natural desde ese país.
La coyuntura internacional muestra la puja de Europa y China sobre la oferta global de GNL. Esto abre un escenario de escasez, en particular para economías lejanas de los centros globales de consumo como la nuestra.
El panorama se completa en forma alarmante: todavía no se han comprado los cargamentos de GNL necesarios para hacer frente al pico de consumo en el próximo invierno.
Asimismo, los precios internacionales, que responden a la incertidumbre del conflicto en Europa, muestran niveles superiores a los USD 40 por unidad térmica, precios que duplican las previsiones del gobierno para este año y quintuplican los pagados en 2021.
Estamos a las puertas del invierno 2022 y el aprovisionamiento de aproximadamente el 20% del gas que consumimos y el 15% del gas oil que necesitamos para levantar la cosecha y producir electricidad está en riesgo.
El gobierno debe explicitar de forma urgente su plan de abastecimiento para los próximos meses y establecer un plan de contingencia que incluya diferentes escenarios, medidas de mitigación y la probabilidad de faltantes en determinados sectores de la demanda.
Este plan de contingencia debería ser informado a las fuerzas políticas de la oposición con representación parlamentaria, a los sectores productivos y a la opinión publica en general, para la toma de conciencia de la compleja situación que enfrentará el sector energético de nuestro país en los próximos meses.