El pasado martes 14 de marzo a las 18 se proyectó en el Salón Auditorio de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación, un documental sobre las mujeres y hombres que empujaron la última gran epopeya: hacer la democracia en una sociedad aplastada por la violencia política y sometida por el terrorismo de Estado y por el mito revolucionario.
Estos jóvenes arrancaron siendo una minoría. E hicieron, desde abajo, desde afuera del Estado, desde antes de la democracia, después de la caída del gobierno más reformista, más honesto y más progresista de la historia -el de Arturo Illia-, la formación de la multitudinaria mayoría democrática que llevó a Raúl Alfonsín a la presidencia.
Hay que escucharlos: vale la pena prestar atención a su convicción militante, a la firmeza con la que sostuvieron y defendieron sus objetivos de una Argentina democrática en los momentos en que el sentido común de los jóvenes marchaba masivamente por otras vías, y aún en las circunstancias mas negras y macabras de la ultima dictadura militar.
¿Tuvieron ideas homogéneas? Más o menos. Todos compartían la convicción democrática, la confianza en el voto popular y la certeza de que la división de poderes es el principio del orden republicano. A partir de aquí, son plurales. Pueden tener diferencias de grado, a veces también de estilo y, en algunas oportunidades, incluso contradicciones. Es parte del sentido de la democracia que los moviliza.
Vale la pena escucharlos: Raúl Alconada, Marcelo Basani, Carlos Becerra, Luis Cáceres, Ricardo Campero, Jorge Ferronato, Cristina Guevara, Ricardo Lafferriere, Laura Musa, Mario Negri, Enrique Nosiglia, Rafael Pascual, Lilia Puig, Juan Radonjic, Jesús Rodríguez, Oscar Smoljan, Federico Storani, Adolfo Stubrin, Marcelo Stubrin, Facundo Suárez Lastra.