Fundación Alem

Policías, valores y ejemplos

Documento de la Fundación Alem respecto a los nuevos nombres de las escuelas de la Policía Federal.

El Ministerio de seguridad renombró las escuelas de oficiales y suboficiales de la Policía Federal. En el primer caso, la Escuela de Cadetes (oficiales) dejará de llamarse Comisario General Juan Ángel Pirker para llamarse, nuevamente, Coronel Ramón Falcon. En el segundo caso, la Escuela de Suboficiales dejara de llamarse Don Enrique O’Gorman para llamarse, otra vez, Comisario General Alberto Villar.

No es solo un tema de nombres. Las palabras son importantes. Y muestran otras revelaciones. En este caso confiesan cuáles son los valores a subrayar y los principios rectores que encarnan la gestión, por así decirlo, “libertaria”.

Para poder comprender el significado de la medida es necesario hacer un repaso de quienes fueron cada una de estas personas.

Escuela de Oficiales

Comisario General Juan Ángel Pirker (1934-1989). El nombre eliminado.

Ingreso a la Policía Federal Argentina en 1954 como número 4 de su promoción. En 1985, a raíz de una serie de secuestros extorsivos a empresarios y en los que se sospechaba la participación de bandas recicladas que operaron durante la dictadura militar (la llamada por entonces “mano de obra desocupada”) fue promovido como Comisario General y jefe del área responsable de la investigación de esos delitos. Pocos meses después fue nombrado Jefe de la PFA por el entonces Presidente Raúl Alfonsín. Uno de los éxitos de su jefatura tuvo lugar en 1987 cuando logró desarticular la llamada “banda de los policías”, responsable de los secuestros y asesinatos de los empresarios Osvaldo Sivak, Eduardo Oxenford y Benjamín Neuman.

Su gestión se caracterizó por reinstalar la confianza y la legitimidad social en la fuerza. Una de las medidas que tomó para lograrlo fue una apertura hacia el periodismo: concedió notas, entrevistas en cada oportunidad que se le solicitara, e. Hizo la fuerza más transparente. Esa actitud le dio gran visibilidad pública tanto a su figura como a su discurso reformista. Bajo la jefatura de Pirker se comenzó a tener una visión estratégica sobre la importancia del despliegue federal de la institución, ampliándose los servicios prestados en el interior del país.

Falleció en ejercicio de su cargo el 13 de febrero de 1989. En el año 2011 la Ex Ministra Nilda Garre renombró la Escuela de Cadetes honrando así la memoria de Pirker.

Ramon Lorenzo Falcón (1855 – 1909) el nuevo nombre de la Escuela de Oficiales

Fue político, militar y policía. Falcón fue el primer cadete del Colegio Militar de la Nación. Egresó con honores en 1873. Combatió en la Campaña del Desierto. Fue elegido Diputado Nacional por el Partido Autonomista (conservador).

En 1906 fue nombrado Jefe de la Policía de la Capital (después PFA). Se destaco por su dureza: reprimió a sangre fría y con “mano de hierro” las revueltas obreras de comienzos del siglo XX.

Una de sus primeras actuaciones como jefe policial fue el 1º de mayo de 1906, cuando los sindicatos de la ciudad realizaron una manifestación popular en conmemoración del Día Internacional de los Trabajadores. Ramón Falcón ordenó la represión del acto. Lanzó un cuerpo de 120 policías a caballo que dispararon sus armas de fuego contra los civiles desarmados. Llenó la avenida de muertos y heridos.

En 1907 fue el encargado de ordenar el desalojo de las familias obreras que se negaban a acatar el aumento unilateral de precios aplicado por sus arrendadores. Falcon ordenó que se redujeran los conatos de protesta arrojando a las familias agua helada con mangueras de alta presión de los bomberos. Los desalojos masivos fueron efectuados.

En 1909 ordenó nuevamente reprimir la manifestación convocada por los anarquistas en Plaza Lorea. La prepresión dejó 11 muertos y más de 105 heridos, muchos de los cuales fallecieron en los días siguientes como consecuencia de los hechos represivos de la llamada “Semana Roja de 1909”. Se estima que murieron 80 personas.

El 14 de noviembre de 1909 (seis meses después de los acontecimientos de la Semana Roja), Simón Radowitzky, arrojó una bomba de fabricación casera contra el carruaje en que viajaba Falcón, quien murió pocas horas más tarde.

Escuela de Suboficiales

Don Enrique O`Gorman (1823 -1904) Su nombre es eliminado de la Escuela de Suboficiales.

Fue un destacado funcionario con actuación en las últimas décadas del siglo XIX, especialmente en la organización y conducción de la policía y penitenciaría del estado.

El 21 de noviembre de 1867 fue designado Jefe de Policía de la Provincia de Buenos Aires. Su actuación fue eficaz: procedió a la reorganización del cuerpo y suprimió el uso en las comisarías de las barras y del cepo, métodos de sujeción y castigo físico aplicados a los detenidos.

A poco de asumir, y en pleno proceso de reorganización, le tocó actuar durante la epidemia de cólera de 1867 y 1868.

En 1868 creó una compañía de Vigilantes Bomberos, lo que luego sería el Cuerpo de Bomberos de la Provincia de Buenos Aires. En 1868 proyectó y logró la aprobación del Reglamento General del Departamento de Policía de la Ciudad de Buenos Aires. Ese mismo año editó un Manual del Vigilante para el personal subalterno. Impuso el uso del silbato a los vigilantes.

Para 1870 se consideraba que O’Gorman había tenido éxito en poner orden en la Ciudad de Buenos Aires.

Cuando en enero de 1871 se detectan los primeros casos de fiebre amarilla, O’Gorman informó con celeridad a las distintas áreas intervinientes y recibió la orden de apoyar al Consejo de Higiene en el desalojo de las manzanas afectadas. La intervención de la policía, y personalmente de O’Gorman, fue constante. Puso en riesgo su propia vida e incluso cuando enfermó gravemente la de su propia esposa, al igual que la de su hermano Eduardo O’Gorman, quien impulsó y fundó el Asilo de Huérfanos.

Las creencias de muchos enfermos de que eran las medicinas las que provocaban la enfermedad hicieron que O’Gorman dispusiera que los policías acompañaran a los médicos en sus visitas.

Comisario General Alberto Villar (1917–1974) Nuevo nombre de la Escuela de Suboficiales.

Fue un oficial superior y jefe de Policía Federal Argentina desde mayo de 1974 hasta noviembre de ese año. Fue asesinado vilmente por la agrupación montoneros.

Villar fue director general de Orden Urbano de la Policía Federal, teniendo a su cargo Guardia de Infantería, Policía Montada, Unidades Móviles y División Perros. El cuerpo de unidades móviles, basado en el modelo francés, actuó como una brigada antiguerrilla.

En marzo de 1971 estalló en Córdoba un enfrentamiento entre grupos de izquierda y el gobierno de la dictadura militar, que incluyó detenciones y allanamientos ilegales. En octubre de 1972 se repiten las represiones y movilizaciones en Córdoba. El grupo comandado por Villar tomó una comisaría de la ciudad donde un ciudadano había denunciado la represión ilegal. Se produjo un enfrentamiento entre la policía provincial y la federal que terminó con una suspensión de algunos meses para Villar.

En agosto de 1972 fue ascendido a Comisario Mayor tras ingresar por la fuerza a la sede del Partido Justicialista para requisar los féretros de los fusilados en Trelew. Al poco tiempo del regreso de Perón fue convocado por el entonces ministro José López Rega. Fue nombrado subjefe y luego jefe de la Policía y ascendido a Comisario General.

A finales de 1973 había surgido en el país la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A), un grupo paraestatal que desapareció y asesinó a ciudadanos vinculados a grupos de izquierda. Villar fue uno de los líderes de esta agrupación; integró un grupo denominado ‘Los Centuriones’. Se lo relaciona con el asesinato del diputado peronista Rodolfo Ortega Peña, ocurrido en julio de 1974. Durante su gestión en la Policía Federal creó la Brigada de Explosivos que fue responsable de diversos actos terroristas, como la bomba que mató a José Colombo, director del diario El Norte de San Nicolás.

El 1 de noviembre de 1974, en plena vigencia del estado de derecho, Montoneros lo asesinó mediante un acto terrorista. Colocó un explosivo en el interior de una lancha en el Tigre que acabó con su vida y la de su esposa.

Decisión lamentable

La decisión política de darle un nombre a una Escuela de formación policial es mucho mas que una mera denominación. El actual gobierno le está diciendo a los jóvenes policías que quieren formarse en estas escuelas– y como efecto expansivo, a muchas otras policías del país– cuáles son los valores y principios que rigen la institución a la que ingresan y cuáles los ejemplos a seguir.

El mensaje que se les está dando es de una temeridad extraordinaria; se les está diciendo a esos jóvenes que las represiones sangrientas llevadas a cabo por Ramón Falcón son el modelo; que la vocación democrática y modernizadora de Juan Ángel Pirker no son valores y procedimientos a seguir.

A estos jóvenes, futuros policías, se les da el mensaje de que las acciones solidarias y las innovaciones realizadas por Enrique O`Gorman no tiene ningún valor, que se prefiere a un miembro de la triple A que desde su puesto policial fue protagonista de diversos actos ilegales y criminales, entre ellos el terrorismo de Estado.

Y nos preocupa, mucho, que este cambio de nombre sea una demostración, también, de los tiempos que pueden venir frente a la protesta social.

Nosotros, los radicales, señalamos y subrayamos que este pequeño hecho de cambio de nombres es lamentable. Muchos argentinos, entre ellos muchos correligionarios nuestros, murieron o sufrieron atentados por el accionar sangriento de estos personajes siniestros. La primera víctima de la Triple A fue nuestro correligionario Hipólito Solari Yrigoyen.

Los radicales seguiremos revindicando a O`Gorman, Pirker y todos los ejemplares miembros de las fuerzas de seguridad que actuaron y actúan con ejemplaridad, valentía e inteligencia. Que respetaron y fueron guardianes del respeto de la ley, la Constitución y los derechos de todos.

A estos jóvenes que están decidiendo dedicarse al servicio público a través del cuidado de la seguridad ciudadano les decimos con fuerza y convicción: sigan los buenos ejemplos de Pirker y O´Gorman.

Y afirmamos que seguiremos siendo custodios celosos y tenaces en la defensa de los derechos humanos, el respeto de la ley y de la Constitución.