Llevamos más de ciento cincuenta días de cuarentena por la pandemia del COVID-19 y los impactos psicosociales son preocupantes y a la vez poco revisados.
Compartimos algunos puntos centrales de las exposiciones:
Paula Quattrocchi (OPSA – Observatorio Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires)
-La salud mental resulta ser una cuestión central en las emergencias complejas de salud pública, como en la de COVID-19.
-La magnitud de esta pandemia supera, en alcance y duración, con creces, a pandemias anteriores, por lo tanto podríamos suponer que los efectos serán mucho mayores y hasta podrían existir impactos desconocidos.
– Una revisión sistemática de estudios sobre efectos específicos de la cuarentena, revela que el impacto psicológico es amplio, grave y duradero.
– Estudios comparativos han demostrado que entre personas de una misma comunidad que realizaron o no cuarentena, el porcentaje de personas con niveles graves y moderados de malestares psicológicos es 3 veces superior en aquellos grupos que si la realizaron.
-Los niveles de sintomatología en niños, son 4 veces más altos en situación de confinamiento.
– No existen estudios sobre cuarentenas mayores a 21 días, por lo tanto no existen antecedentes sobre cuarentenas como por ejemplo la que tenemos en la Argentina, donde ya vamos por más de 155 días.
– Otros estudios, por ejemplo de grupos vulnerables como el personal de salud, que está afectado en la primera línea de la pandemia, señalan que 3 o 4 años después de finalizada la pandemia, un 10 % de esa población presenta, altos índices de depresión y stress postraumático.
– ¿Cuáles son los efectos psicológicos más prevalentes que se han estudiado en este tipo de crisis? La principal sintomatología revela altas prevalencias de ansiedad y depresión en la población en general. Lo que puede producir comportamientos sociales disfuncionales o desadaptativos que lejos de mitigar los efectos de la pandemia lo retroalimentan empeorando su impacto, por ejemplo: las rupturas de la cuarentena, el no respeto de las normas relacionadas con la situación de la crisis sanitaria o el aumento de la violencia social.
– El distanciamiento físico y el aislamiento social conducen a mayores niveles de stress y problemas dentro de los hogares.
A partir de los distintos estudios realizados por el Observatorio de Psicología Social Aplicada, en la Facultad de Psicología de la UBA, algunos datos relevados:
-En los primeros 70 días se hicieron cuatro mediciones, entre el día 12 y 31, hubo un aumento significativo de la intensidad para todas las emociones/cogniciones relevadas.Y a partir del día 31 al día 70 se mantienen estables.
– Los mayores niveles de intensidad siguen correspondiendo a preocupación-incertidumbre-ansiedad.
– A medida que fue avanzando el confinamiento, observamos una tasa de crecimiento de indicadores negativos como pérdida de sentido de la vida, con altos niveles de incertidumbre, preocupación y depresión.
– Estos valores se dan con mayor intensidad en los estratos sociales más vulnerables (media baja/baja) y en el grupo etario más vulnerable: 18/29 años con indicadores crecientes de pérdida del sentido de la vida.
Algunas acciones sugeridas:
Los efectos sobre la salud mental se presentan en los diferentes niveles: personal,familiar, comunitaria e institucional. El impacto es distinto y cada una de ellas requiere un enfoque y estrategias especificas.
Por lo tanto se recomienda:
–Desarrollar estrategias de comunicación de riesgos que proporcionen una evaluación empática y basada en evidencia de los daños ya sufridos, una estimación creíble de los daños por venir y proponer medidas de mitigación basadas en la racionalidad como parte de una política pública sostenible.
-Ampliar o desarrollar programas específicos de apoyo psicosocial para las personas con mayor exposición al trauma.
–Garantizar apoyo psicológico especializado para el personal de salud y demás personal considerado como esencia, como las fuerzas de seguridad.
– Llevar adelante investigaciones epidemiológicas que monitoreen las tasas de ansiedad, depresión, autolesiones,consumo de sustancias y suicidio.
– Los niños y adolescentes se ven especialmente afectados yq que experimentan la crisis en momentos críticos de su desarrollo biopsicosocial.
Humberto Persano. Director Salud Menta CABA
– Ante la situación de pandemia y de aislamiento tuvimos que implementar una línea de atención remota, para un primer nivel de atención, que está orientado como un servicio de orientación telefónica.
– De las personas que se comunicaron al 0800, el 95 % resolvieron telefónicamente su consulta.
– La atención presencial, en el ámbito publico, no estuvo prohibida, si se realizó con complicaciones. Se implementó un sistema facilitador para dar turnos, en un servicio de Salud Mental, teniendo en cuenta el principio de geolocalización.
– A futuro va a haber una alta demanda de atención en Salud Mental, con el agravante que se ha perdido la vinculación social, la población está más empobrecida, y llevaremos casi un año sin asistencia escolar.
Elizabeth Liberal. Directora de Salud Mental de la provincia de Mendoza
– Desde nuestro servicio creamos una línea 0800 exclusiva para atención de consultas sobre COVID-19. En los servicios de Salud Mental de los hospitales, trabajamos junto a los profesionales de la Salud, incorporando a los residentes, y en los Centros de Atención Primaria de Salud, estamos sumando a los equipos de trabajo a asistentes sociales, facilitadores del trabajo territorial.
– También en las encuestas realizadas en poblaciones escolares, hemos podido incorporar algunas preguntas sobre Salud Mental.
Carlos Rodríguez. Director del Hospital San Francisco de Asis, Corrientes.
– Registramos aumento de las demandas de atención en general y en especial sobre cuestiones de violencia, violencia conyugal, consumo de sustancias.
– También hemos observado gran vulnerabilidad de los colegas del servicio de salud mental: fobias, neurosis, situaciones de abandono del lugar de trabajo.
– El aumento de la demanda de atención de pacientes, anteriores a la pandemia, se resolvió en general con tele atención, y para los nuevos el sistema cubrió también esa demanda.
Luciano Grasso. Concejal de Tandil. Ex Director Nacional de Salud Mental
– Ya veníamos transitando una brecha entre la prevalencia de padecimientos mentales y la capacidad de respuesta de los sistemas de salud mental.
– Aparece, por la prolongación de la cuarentena y los efectos de la pandemia, un incremento de los padecimientos mentales, a la vez que se incrementan los factores de riesgo.
Propuestas:
– Incorporar a los comités científicos, profesionales del campo de la salud mental (psicólogos, psiquiatras, sociólogos, antropólogos, trabajadores sociales).
– Aumentar la capacidad de atención en un 1° nivel de atención, a través de no especialistas en Salud Mental y si en un 2° nivel de atención, aumentar la capacidad de respuesta por parte de especialistas.
– Generar una instancia intermedia, entre el 1° y 2° nivel, generando equipos de especialistas en Salud Mental en el territorio, trabajando con los no especialistas en el 1° nivel, formando equipos de abordaje psicosocial. Es importante no subestimar la curva creciente de padecimientos mentales en la población, que muchas veces se invisibiliza.