Desde la Mesa Agropecuaria de la Fundación Alem rechazamos terminantemente el cierre de las exportaciones de carne.
Vivimos esta situación en el año 2006 y sus resultados fueron:
- No bajó el precio de la carne en el mostrador y por el contrario con el transcurrir del tiempo se produjo un aumento de precios.
- Se perdieron por liquidación 12 millones de cabezas pasando de 60 millones de cabezas a 48 millones.
- Pasamos en el concierto internacional del tercer puesto como exportadores al décimo tercer lugar.
- Se perdieron 20.000 puestos de trabajo y se produjo el cierre de más de 100 establecimientos de faena.
- Se perdieron mercados internacionales que llevó mucho tiempo y trabajo recuperar.
- Argentina participa con más del 10% del mercado mundial de carne vacuna (Exportando 900 mil Toneladas) y su salida provocará mayores subas de los valores en un concierto internacional que hoy es demandante y alcista.
- Los mercados que hoy perdemos, serán abastecidospor nuestros agradecidos competidores.
- Localmente regresarán por mayor competencia la informalidad, y la faena clandestina con los riesgos que implican para la salud pública, acompañada de un proceso de concentración en pocas manos de la Industria Exportadora al finalizar la medida adoptada.
Esta medida globalmente nos descoloca en los mercados internacionales, a donde hay compromisos asumidos, traerá consecuencias más allá de la temporalidad del anuncio y si el objetivo es bajar los precios de venta al público, será un viaje al fracaso como históricamente sucedió con iniciativas de esta naturaleza.
Será acompañada sin duda de desinversión y liquidación con mayores precios a mediano plazo.
Nos conocen en el mundo por la calidad y genética de nuestras carnes. Esta medida para que se entienda en un lenguaje llano y popular sería como si Escocia prohibiera la exportación de Whisky, Francia su Champagne o Arabia el Petróleo. Además de menores ingresos ante perspectivas formidable para crecer, un papelón y reincidente.